El totalitarismo disfrazado de colores
Ideología de género

El totalitarismo disfrazado de colores

El totalitarismo disfrazado de colores.

Finaliza Junio, el mes del Orgullo LGTBI, en el que hemos podido disfrutar de muchos colores por las calles, la televisión, las redes sociales e incluso en las aulas de los niños. Todo, aparentemente muy inocente pero esconde un terrible totalitarismo.

Un evento que comenzó siendo un día y ahora vemos como se les ha quedado corto. Ya sabemos, necesitan visibilizarse para sentirse vivos y creíbles. Porque en caso contrario, si no nos introducen por todos los sentidos sus ideas, difícilmente cientos de miles de personas iban a hacer caso de ellas.

No olvidemos que el concepto en sí de las iniciales LGTBI, hacen referencia a un pensamiento cerrado que no acepta postura contraria y que se basa en invenciones sin sostén ni de la ciencia ni de la lógica. Y hay que tener en cuenta un dato importante: hay homosexuales que no se sienten identificados con estos lobbies, por algo será…

¿Por qué es un totalitarismo?

Pero, en fin, tampoco debería ya sorprendernos a estas alturas de la película multicolor. Es una dictadura envuelta en un papel de regalo muy bonito para el que espera recibirlo con ansias. Porque estos lobbies, lo que hacen es captar a sus víctimas por medio del sentimentalismo.

Por un lado, tenemos a los que, por diversas circunstancias, no se sienten identificados con lo que llaman la heteronormativa patriarcal. Se les ha concienciado de que la sociedad los tiene extremadamente discriminados y que hay que luchar contra eso. Estos son una minoría.

En el otro lado tenemos a todo el resto de la población que los aplaude, los defiende y los admira, sin ni siquiera pasarlo por una lógica razonada.

También los hay, entre estos últimos, que aparentan estar de acuerdo con ellos, pero tan sólo por no sufrir ellos en sus carnes discriminación, acoso y etiquetas despreciativas.

Como digo, todo esto viene envuelto de sentimentalismo y victimismo: “pobrecitos”, “vaya sufrimiento han tenido que soportar”, “que valientes”, “tienen derecho a amarse, a ser ellos mismos”, y un largo etcétera de aclamaciones que quedan en esa esfera exterior que nada tiene que ver con el fondo y verdadera raíz de cada una de las historias que hay detrás de estas personas. Personas con ilusiones, esperanzas, que desean ser felices y lo buscan como mejor saben o pueden.

La realidad que se esconde tras los lobbies LGTBI

Sin embargo, la realidad que se esconde es que a estos grupos no les importan lo más mínimo las vidas de estas personas, sus sufrimientos reales. Tan sólo buscan adictos a su secta multicolor. La prueba está en los numerosos testimonios de personas que han intentado dejar la vida homo o transexual porque les suponía un enorme sufrimiento, y a cambio no solo han recibido la patada, si no todo tipo de amenazas.

La introducción del totalitarismo por medio de la legislación

Esta ideología se impone a la sociedad por medio de leyes que los Gobiernos de gran parte de países a nivel mundial aprueban. Reciben órdenes de las élites supranacionales bajo amenazas muy serias en caso de negarse a aceptar esta ideología de género.

Nos enfrentamos, como vemos, a un totalitarismo disfrazado.

El término totalitarismo fue empleado por primera vez por los seguidores de Mussolini, un dictador fascista, los cuales lo definieron como:

“Todo fuera del Estado, nada fuera del Estado”.

Es decir, el totalitarismo es un Estado en el que no se puede permitir que exista nada que contradiga la ideología dominante de la sociedad[1].

¿No es acaso lo que estamos presenciando actualmente?

El movimiento LGTBI promete sacar de esa situación discriminadora y terrible de sufrimiento a cuantos se les acercan. Sus garras no tienen compasión, sus víctimas caerán en ellas sin posibilidad de vuelta atrás a menos que deseen ser perseguidos como desertores del sistema. La dictadura totalitaria no tendrá compasión con ellos. El totalitarismo vive de las almas de todos aquellos a los que ha cautivado con sus mentiras ideológicas fomentando el odio y la discrepancia entre los distintos bandos: los defensores de los lobbies y los disidentes.

Como ocurrió en el pasado, los totalitarismos viven del enfrentamiento y la violencia, manipulando la realidad. El pecado original de la mentira como herramienta para tentar al que busca el poder, se repite incesantemente. San Juán Pablo II, lo recordaba hace unas décadas:

“El odio y la injusticia se apoderan de naciones enteras, impulsándolas a la acción, sólo cuando son legitimados y organizados por ideologías que se fundan sobre ellos en vez de hacerlo sobre la verdad del hombre”.

Tan sólo el que lucha por conocer la verdad y vive por y para ella, podrá evitar caer en sus redes.

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Un saludo, la Paz y hasta muy pronto:

ALICIA BEATRIZ MONTES FERRER

[1] Libro: Rod Dreher “Vivir sin mentiras”.

 

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