La ética planetaria. El globalismo
Ideología de género,  Nuevo Orden Mundial

Hacia una ética planetaria

HACIA UNA ÉTICA PLANETARIA.

La ética planetaria es el título de una obra que salió publicada en el año 2001 por el teólogo Leonardo Boff sobre el que sería interesante detenernos más adelante.

Justo un año antes se lanzó la llamada Carta de la Tierra, un documento elaborado como base del “Nuevo Orden Mundial”.  Que tal y como sus autores indican, es el Decálogo de la Nueva Era con una nueva ética mundial.

Antecedentes de la ética mundial

En la Cumbre de la Tierra[1] celebrada en 1992 afirmaban que la tierra iba a desaparecer. Acordaron un conjunto de principios a modo de código universal de conducta.

Estamos pues ante el modelo que todos los países debían adoptar como nueva ética plasmado en la Agenda 21.

En la Carta de la Tierra, se habla de la tierra y las personas como una “comunidad de vida”, “comunidades humanas y ecológicas de la Tierra”.

El preámbulo de esta Carta ya deja bien claro la visión que tiene con respecto a la Tierra y la humanidad:

«en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común».

Es decir, que hay que encaminarse hacia un sincretismo que abarque todas las esferas de la sociedad.

Hay que resaltar que en esta cumbre que indico, realizada en Río de Janeiro y preparada por la ONU, establecieron las bases éticas que ya están presentes en nuestras vidas.

La declaración que se redactó en ella se centró en el desarrollo sostenible y el cambio climático. Bajo estas expresiones se esconden las políticas de planificación familiar, los derechos de los más desfavorecidos (colectivos LGTBI, feministas, indígenas…). Así como los de salud sexual y reproductivos, es decir, el aborto y la anticoncepción.

Como podrás apreciar, representantes de no más de 200 países, asociaciones y empresas de alto nivel, fueron y siguen siendo los que deciden la ética mundial que se debe establecer a nivel mundial. Cabe decir, que las voces de aquellos que se muestran en desacuerdo con los acuerdos a los que se llega tras su finalización, son desoídas.

La Carta de la Tierra: la ética planetaria

Pues bien, tras esta y otras cumbres, conferencias y reuniones, se consigue por fin elaborar la Carta de la Tierra en el año 2000. En ella, como he comentado, se abordan los temas que a nivel global son preocupantes para la supervivencia y el bienestar del planeta (según ellos). Pero no vayas a pensar que se centran en abordar la pobreza, aportando ayudas sociales, económicas o estructurales que les ayuden a desarrollar sus propias empresas y desarrollarse como sociedad.

Tampoco que se inclinen por ayudar a las familias necesitadas para poder salir de esa vida mísera. O que se impulsen políticas para erradicar los trabajos denigrantes o en condiciones de miseria, incluidos a los niños.

No, a los promotores de esta ética mundial, no les interesa que los países en vías de desarrollo salgan de esas condiciones de pobreza. Necesitan mano de obra barata y controlar su crecimiento mediante esas políticas de control poblacional.

De ellas llenan páginas y páginas en los documentos de dichas cumbres y conferencias, dando vueltas al mismo asunto.La cuestión sería cómo garantizar el crecimiento económico en los países y las empresas que a ellos les interesan.

Y cómo introducir el aborto indiscriminado, incluso con vacunas esterilizadoras como se lleva haciendo hace décadas.

El asunto se aborda desde la visión del cuidado del medio ambiente.

Según insisten cansinamente, sufrimos un terrible cambio climático y éste es debido a la acción del ser humano.

Tampoco pienses que esta idea va encaminada a acabar con la contaminación atmosférica que las empresas provocan (propiedad de esos mismos que asisten a las conferencias). O a solucionar la contaminación de los mares y ríos por los residuos que desechan en ellos. O a plantar miles y miles de árboles por todo el planeta para que sean el pulmón del mundo…

No, en su lugar somos nosotros, las personas que, como tú o yo, contaminamos. Porque no reciclamos lo suficiente, porque consumimos en exceso o porque somos muchos respirando y expulsando dióxido de carbono.

Por lo cual, deberíamos vivir menos personas en el mundo así los recursos naturales, estas élites, las podrían aprovechar mejor para sus intereses comerciales.

Y todo esto, nos va llevando a lo que trato en este escrito de exponer, que es la ética que, según estas élites, hace falta impulsar. La cual es base de la Agenda 2030 como explico aquí.

Pero ¿cómo y para qué una nueva ética planetaria?

El tema no es tan simple de entender en tan sólo un corto espacio del que dispongo aquí, pero expondré las ideas más relevantes para que sea comprensible el mensaje.

Los intereses que se esconden tras la búsqueda de unos nuevos estilos de vida y de pensamientos  eran, son y serán, económicos, no te quepa la menor duda. Todo, dicen, por el bien de la humanidad, por alcanzar la paz, el desarrollo, la fraternidad, la igualdad…

Nuestra salud y el cuidado de la naturaleza les importa bien poco.

Tal y como he indicado, los representantes de estas conferencias, así como de la Carta de la tierra, son dueños o socios de numerosas empresas muy poderosas. Citaré como ejemplo a algunos de los involucrados en la Carta de la Tierra para que veamos su perfil.

Algunos representantes en relación a la Carta de la Tierra

Maurece Strong[2] fue el presidente del Consejo de la Tierra (subsecretario general entonces de las Naciones Unidas y secretario General de la Conferencias de la ONU sobre el Medio Ambiente, entre ellas la de la Cumbre de Río). Multimillonario, dueño de grandes empresas petroleras entre muchas otras, miembro de la ONU, gran reconocido globalista, socio de familias poderosas como los Rockefeller.

Se contó también con la con la ayuda de Mikhail Gorbachov.

Formaron parte del Consejo de Tierra Klaus Shwab, fundador y presidente del Foro Económico Davos[3].

Arnaldo Gabaldón, del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo[4] (PNUD).

Ruud Lubbers, alto comisionado en ese año para los Refugiados de la ONU, así como ex primer ministro de Holanda y miembro del Comité Ejecutivo del Club de Roma[5].

La elaboración de la Carta de la Tierra:

Intervinieron en su elaboración, entre otros, Leonardo Boff, Steven Rockeffeller de la Fundación Rockefeller, Federico Mayor Zaragoza, entonces Director General de la UNESCO[6], etc.

Participaron entre otros, representantes de organismos no gubernamentales como la International Planned Parethood Federation (IPPF)[7]. O el grupo de apóstatas Católicas para el Derecho a Decidir[8].

Analizando por encima podemos llegar a un aspecto que cualquier persona puede apreciar. Todos ellos, curiosamente en extremo, se preocupan por el bien de la naturaleza, el medio ambiente y el planeta de un modo altruista aparentemente.

Tendríamos hasta que estar agradecidos por consumir gran parte de su tiempo en estas acciones tan bondadosas.

Sin embargo, resalta un aspecto a tener en cuenta, harto preocupante: arrastran un pasado oscuro relacionado con la cultura de la muerte. Tales como la eugenesia, esterilizaciones y abortos. Mediante negocios manchados de sangre y sufrimiento encubiertos, subvenciones o proyectos.

Pero si continuamos tirando un poquito del hilo, debería llamarnos la atención que aparece un personaje, cuyo apellido, se está haciendo bastante famoso últimamente por la pandemia: Rockefeller.

La Familia Rockefeller ha estado unida a la masonería y al NOM desde sus orígenes.

Actualmente sigue en la misma línea subvencionando y apoyando todo lo que tenga que ver con aborto, reducción de la población, esterilizaciones, ideología de género…

Además, la reina Beatriz de Holanda, que fue la que presentó en público la Carta de la Tierra, ha sido asidua participante al Club Bilderberg.  Un enjambre de masones, del que su padre fue uno de los fundadores en 1954 junto a David Rockefeller

Creo que bastan estos ejemplos para que lleguemos a la conclusión de que la Carta de la Tierra es el decálogo de la Nueva ética planetaria. Impulsando una única religión mundial que será en base al pensamiento masónico.

Dicha carta, como nos recordaba el experto ya fallecido, Juán Sanahuja, sería el sustituto de los 10 mandamientos cristianos. De hecho hasta se guarda en un arca a semejanza al Arca de la Alianza.

Nos hablaba del nuevo paradigma que se va imponiendo del desarrollo sustentable, como “un instrumento para imponer el proyecto de dominio global: el Nuevo Orden Mundial, totalitario e inhumano. El cual incluye tres temas fundamentales: la dignidad del hombre, la fecundidad humana y el dominio sobre la naturaleza”[9].

Así vamos llegando a la conclusión de uno de los objetivos de esta nueva ética planetaria.  Que no es ni más ni menos que sustituir el cristianismo por un sincretismo cultural y religioso.

La dignidad, la fecundidad humana y el verdadero cuidado de la naturaleza es defendido por el cristianismo.

Es por ello por lo que hay que eliminarlo para tomar el control. Así se pretende ir borrando las identidades de los pueblos y civilizaciones, las raíces culturales, los principios y valores religiosos. Y se hará en favor de una mezcolanza disforme y la destrucción de la vida tal y como hasta hoy entendemos.

Pero para poder lograr ese fin tan utópico, para formar una sola humanidad universal, una sola comunidad terrestre, se ha de hacer sutilmente. Lo sostienen en la Carta de la Tierra: necesitaban implantar un cambio de mentalidad y de corazón. Tal y como ya está ocurriendo.

El peligro de la ética planetaria

Llegados hasta este punto quizás aún no has sido capaz de percibir el peligro que esto supondría para nosotros.

Si eres cristiano, basta con que sepas que supone el fin y destrucción del cristianismo, una vuelta prácticamente a las catacumbas de los primeros tiempos.

Añadamos a este problema, la permisividad que la propia Iglesia está teniendo hacia la introducción de ideas contrarias a las Sagradas Escrituras o el Magisterio de la Iglesia.

Temas como la desvalorización y ruptura con el verdadero significado del sacramento del matrimonio. Mediante los divorcios, parejas de hecho o los mal llamados matrimonios de homosexuales.

Así como la asimilación sin más de nuevas familias que atentan contra el vínculo sagrada del hombre y la mujer. Colaboradores de Dios en la creación mediante sus hijos, o la aceptación del aborto en no pocos cristianos.

Más consecuencias de la ética planetaria

Pero aún si no eres creyente, no te vas a librar de sus terribles consecuencias. La nueva ética que ya está invadiendo todas las esferas sociales, culturales, religiosas y políticas de la sociedad, va a añadir más tensión y drama a la degeneración que ya observamos. Suscitada por el aumento de violencia entre grupos sociales.

Esto debido a la división que nos están forzando a vivir: ideas de izquierdas – derechas, mujeres – hombres. Hijos contra padres, blancos contra negros, hetero contra homosexuales. Cristianos contra todos los demás, el bien contra el mal, la vida contra la muerte….

Sumamos la degradación de la propia dignidad humana en actos tan crueles como la explotación sexual en menores. La cada vez más aceptada pedofilia y la hipersexualización mediante la ideología de género. La cual se enseña a los niños fomentando prácticas sexuales desde la infancia. Lo cual ya se hace en no pocos centros educativos.

Todas las políticas sociales van en la línea de aumentar la confrontación social, de instaurar la cultura de la muerte: eutanasia, aborto, asesinatos encubiertos, eugenesia de ancianos…

Tus libertades y derechos como ciudadanos se van mermando cada vez más y su libre pensamiento.

Anulado en favor del instaurado por los gobernantes y esa única ética global planetaria que nos están metiendo hasta por las venas.

Ten en cuenta tan sólo un detalle: allá donde ha prevalecido la religión cristiana, ha sido garantía de respeto a la vida. Garantía de protección a la dignidad humana desde todas sus formas y bajo cualquier circunstancia. Garantía de su libertad que emana de su propia dignidad, rechazando todo tipo de esclavitudes morales, sociales o políticas.

Recuerda que la libertad surge del amor, cuando se ama al otro, se busca su bien por encima del propio interés personal, dejándole ser libre buscando ese Bien y esa Verdad.

Y no existe hoy día más amor que el que nos tiene Dios, prueba palpable en que entregó a su único hijo por amor a toda la humanidad. Cristo, Jesús, ese que derramó su sangre para liberarnos de los sufrimientos consecuencia del pecado. Lo cual no es otra cosa que vivir dándole la espalda al más puro y tierno Amor.

Esta es la verdadera ética planetaria que hay que anunciar: El amor de Dios que restaura todos los corazones que sufren sin sentido. Y nos lleva a una nueva humanidad que se ame.

Y ya para ir terminando por ahora, daré unos datos interesantes que, a lo largo de otros escritos, podré ir desmenuzando con más detalles.

La ética planetaria de Leonardo Boff

Tal y como comencé escribiendo, “La ética planetaria” fue un libro que salió publicado un año después de la Carta de la Tierra. Su autor Leonardo Boff, es considerado uno de los fundadores de la Teología de la Liberación marxista. Separado de la Iglesia católica, fue condenado por la Congregación para la Doctrina de la Fe y en numerosas ocasiones. Enfrentado con Ratzinger, debido al contenido de sus tesis.

Cambió la Teología de la Liberación, pasada de moda con la caída del Muro de Berlín, por la Teología Ecológica.

De este modo, las teorías de Boff han ido derivando hacia un curioso sincretismo ecológico, que mantiene la referencia a Cristo. Pero en pie de igualdad o al menos semejanza con otras figuras religiosas, porque “la misión de las iglesias, de las religiones y de los caminos espirituales es alimentar la llama interior de la presencia de lo Sagrado y lo Divino (expresado en millares de nombres) en el corazón de cada persona” según afirma Boff.

Aplicando el esquema marxista de la lucha de clases a la ecología, a los proletarios se les añade una nueva clase que debe ser liberada.

Será la propia Tierra, personalizada y denominada de diversas formas: Gaia, Madre Tierra, Pacha Mama, Hestia, etc.

La nueva misión es trabajar para “liberar la tierra, esta gran víctima sacrificada por el pillaje sistemático de sus recursos, que pone en riesgo el equilibrio físico-químico-biológico del planeta como un todo”.

Del mismo modo, la utopía comunista de la sociedad sin clases se sustituye por una sociedad ecológica en armonía con la naturaleza donde el opresor es el hombre al que hay que destruir.

Su línea de pensamiento hoy día es de gran actualidad y enorme influencia dentro del seno de la misma Iglesia.

Y todas estas ideas se están introduciendo mediante la Nueva Era, con tintes masónicos. De la que sería muy interesante adentrarnos en otra ocasión para analizar si el lector se anima a continuar desvelando este sincretismo que vivimos.

Un saludo, la Paz y hasta muy pronto:

 

                                                           ALICIA BEATRIZ MONTES FERRER

 

[1] Conocida por la Cumbre del Rio de 1992 donde se acordaron unos principios para alcanzar el desarrollo sostenible. Entre otras medidas se encuentran las dirigidas a la planificación familiar fomentando el aborto y los métodos anticonceptivos.
[2] La lista de posiciones de elevando rango en multitud de asociaciones, fundaciones e instituciones. En las que estuvo no deja a nadie indiferente y son una muestra de la actividad gigantesca en el mundo económico y político que llevaba dejando un rastro de negocios sucios con fines lucrativos.
[3] Es un foro de marcada referencia filantrópica, defensora de la Ideología de género, el aborto y el globalismo.
[4] Que incluye entre sus objetivos la promoción de la Ideología de género, la anticoncepción y el aborto para implantar el NOM
[5] Creada en 1968 tiene el objetivo de llevar a cabo las medidas internacionales para lograr el NOM. Sus miembros tienen gran relación con la secta masónica.
[6]ONG creada como tapadera para los fines que pretenden alcanzar promulgando la Ideología de género y el aborto.
[7] Cuya fundadora Margaret Sanger era una feminista marxista profundamente marxista y racista. De ahí a que creara las clínicas abortistas para acabar con los negros e hispanos, con ideas eugenésicas hacia los más pobres. Actualmente esta clínica abortiva es la más potente a nivel mundial.
[8] Defensoras del aborto entre otras ideas contrarias a la Iglesia Católica.
[9] Juán Claudio Sanahuja El desarrollo sustentable. La nueva ética internacional. Ed. Vórtice. Buenos Aires. 2003. P. 18.

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