San Francisco de Asís: Amor a la naturaleza
Santos que dejan huella

San Francisco de Asís: amor a la naturaleza.

San Francisco de Asís: amor a la naturaleza

En ocasiones hemos recibido alguna formación cristiana y conocemos por encima la vida de algunos Santos. Sin embargo podemos creer que no dejan de ser vidas de un lejano pasado y que para no tienen ninguna relación en nuestras vidas. También escuchamos hablar de este santo en relación con la naturaleza, pero a veces nos llega información tergiversada.
 
Veamos cómo la vida de San Francisco de Asís nos puede mostrar muchas enseñanzas.


San Francisco de Asís, nació, tal y como se indica, en Asís en 1182.

Procedía de una familia adinerada y no pasaba escasez material. Ingresar en el ejército se le presentaba como una magnífica oportunidad y de hecho así lo hizo durante un tiempo.
Su futuro parecía estar asegurado pero, a pesar de que aparentemente lo tenía todo para ser feliz, en el fondo, en su interior, no era tal la sensación que sentía.

La conversión de San Francisco de Asís

San Francisco tuvo un encuentro en su vida con Cristo. Esto le supuso un cambio de vida. Tras conocer a Dios y experimentar su amor, pudo realmente encontrar sentido a su vida.

Por Cristo dejó todo lo que tenía, su herencia, su vida anterior, por amor a Él  a pesar de la persecución que sufrió de su propia familia.
San Francisco de Asís tan solo lo que hizo fue creerse la Palabra de Dios y expresarla a su alrededor, comenzando por los propios seres vivos de la naturaleza.

Confió en lo que nos dice el Evangelio de San Mateo:

Porque quien quiera salvar su vida la perderá  pero quién pierda su vida por mí la encontrará. Pues ¿de que le servirá al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? (Mt.16,25-28).

Como ves no le importó el dinero, ni la fama, ni siquiera que su familia le despreciara. Amaba tanto a Dios que tan sólo quería entregarle su vida por completo.

San Francisco de Asís sabía que las cosas de este mundo no le iban a dar tanta felicidad por mucho que tuviese.

Por esto optó por dejar las cosas de este mundo superficiales y encontró en la naturaleza la voz de Dios que le llamaba. En toda la creación veía reflejada la obra del Creador, considerando a los animales como sus hermanos. Lo cual no quiere decir que pensara eran de igual dignidad que las personas.

No en pocas ocasiones muchos adolescentes pueden sentirse así: quieren un futuro esperanzador y, generalmente, lo buscan asegurándose un buen grupo de amigos, teniendo éxito, yendo a la moda y ansiando tener un futuro laboral asegurado para que no les falte el dinero.
También tienen miedo a sufrir persecución, al igual que le ocurrió a este santo. Pueden sentirse, por ser cristianos, desplazados, sufrir burlas…

Ser cristiano es algo que nosotros no hemos elegido.

Ha sido Dios mismo el que quiere hacer de tu vida algo maravilloso. En este artículo te cuento qué es ser verdaderamente cristiano.

Pero no podemos olvidar que Dios da el ciento por uno, bendice a los que dan la cara y no se avergüenzan de Él.

El problema es que se puede caer en el error de olvidar alimentar y cuidar nuestro interior, nuestra alma y el trato con Dios. En ocasiones le damos más importancia a lo de fuera, incluso sobrevalorando la naturaleza, pero rechazamos la nuestra propia.

San Francisco de Asís no se olvidaba nunca de rezar

Su amor hacia Dios mantenía firme su decisión de ser fiel a Jesucristo.

Si se ha tenido desde pequeño este contacto con Él, puede ocurrir  que, con el tiempo, si no se continúa teniendo momentos íntimos y de oración con Dios, así como de participación en los sacramentos, se corre el riesgo de desplazarlo hasta incluso dejarlo a un lado, por completo.
Así nos encontramos con adultos que dicen incluso haber sido monaguillos, haber ido a misa de pequeños pero que,  una vez que han pasado los años y se han hecho mayores, prácticamente se consideran ateos o indiferentes.

Tienen una vida en la que han ido acumulando muchas cosas pero quizá, lo más importante, su alma, está casi muerta  dejando una sensación de tristeza enorme. 

Mira a tu alrededor:

Los pájaros no siembran ni cosechan y el Señor las alimenta. Mira las flores del campo, son bellísimas, ni los reyes pueden vestir con tanta hermosura. (Mt. 6, 26)

Todo lo da Dios, sólo Dios basta como decía Santa Teresa de Ávila.  

Por eso San Francisco de Asís nos puede enseñar dónde está realmente la vida feliz.

El Papa Francisco le tiene una gran veneración a este Santo, de hecho, se puso este nombre por él. Escribió una encíclica que comienza con las palabras del Poema «El cántico de las criaturas» de San Francisco de Asís en relación a la naturaleza:

Alabado seas «Laudato si»

Al igual que hemos visto lo que hacía San Francisco de Así, el Santo Padre nos habla de qué significa cuidar de la Creación de Dios, preservar la naturaleza, el medio ambiente:

“Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Así­s: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos”, (Papa Francisco 19 marzo 2013).

Nosotros como cristianos también estamos llamados a cuidar el medio ambiente, tal y como te explico aquí con algunos pequeños detalles curiosos.

Por cierto, no olvides que este santo se celebra el 4 de Octubre.

Un saludo, la Paz y  hasta muy pronto

ALICIA BEATRIZ MONTES FERRER

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