Los años de la infancia de Jesús casi permanecen en silencio en las Sagradas Escrituras, unos años también conocidos como la vida oculta de Jesús.
Apenas hay mención de su vida hasta el momento de su bautismo cuando comenzó su vida pública, su misión. La razón puede ser porque se pone de relieve la importancia del silencio interior, de la espera humilde o de la oración silenciosa.
También puede deberse a que en la Biblia tan sólo se muestra la Palabra de Dios que necesitamos recibir para nuestra salvación. Todo lo escrito en ella viene del Espíritu Santo y se hace realidad en nuestras vidas de un modo misterioso. De esos textos podemos extraer enseñanzas que nos acercan a la vida de Jesús y de María para nuestra conversión.
En esta entrada vamos a conocer el significado para nosotros de los acontecimientos que se conocen como la infancia de Jesús.
La vida diaria de Jesús como un niño y joven más que el resto, su vida en casa ayudando a sus padres, estudiando en el colegio o rezando en la sinagoga, aunque importantes, no son quizás, tan necesarios de ser conocidos como sí el resto de acontecimientos de su vida.
Podemos extraer de todos estos años es que Jesús nació y creció en el seno de una familia.
La familia es esencial en las personas, en ellas se aprende a amar y ser amados con sinceridad, a acoger y dar la vida por los demás, se aprende a compartir, a perdonarse, a ser serviciales y a dignificar el trabajo. En la familia se aprende a rezar, como Jesús, que asistiría todos los sábados a la Sinagoga con sus padres a hacer las oraciones judías y los salmos que también nosotros rezamos.
La Sagrada Familia es modelo de numerosas virtudes, principalmente de la humildad.
Es modelo de la vida ordinaria y cotidiana que cada uno de nosotros llevamos a cabo, teniendo a Dios como centro de sus vidas. La familia de Jesús es el modelo de la familia universal de los Hijos de Dios, de la comunidad cristiana, la Iglesia católica, que tenemos a Dios como Padre y a la Virgen María como nuestra madre del Cielo.
La infancia de Jesús, se relata principalmente en el Evangelio de S. Lucas, 2, y comienza en el momento de su nacimiento.
Como ya vimos, tanto el Evangelio de San Mateo como el de San Lucas, sitúan el nacimiento de Jesús en el reinado del Rey Herodes. San Mateo afirma que su nacimiento ocurrió unos años antes de la muerte de este rey que ocurrió el año 4 antes de Cristo.
El Rey Herodes había ordenado matar a todos los niños menores de 2 años que habían nacido en Belén pues se había enterado por los propios Reyes Magos que fueron a su palacio preguntándole por el rey de los judíos que había nacido. Ellos habían seguido la estrella del cielo que indicaba el nacimiento de un gran rey. El rey Herodes dijo a los Reyes Magos que cuando lo encontraran fueran a avisarle para que él también fuese a adorarlo, pero en realidad, su deseo era matarlo porque era un rey perverso que pensaba que Jesús le arrebataría su poder. Nunca lo encontró pues los Reyes Magos fueron avisados por el Ángel de Dios para que regresaran por otro camino, según nos relata el Evangelio de San Mateo.
Es por ello que mandó asesinar a los niños menores de 2 años, pero María y José, para cuando ocurrió eso, ya habían huido a Egipto, porque un Ángel también les alertó a ellos de lo que iba a ocurrir. Este fue el primer acontecimiento de persecución y sufrimiento que experimentó Jesús en su vida y que anticipa lo que sería su vida de adulto.
Según estos datos, los Reyes Magos cuando fueron a adorar a Jesús, éste no sería un recién nacido, sino que tendría cerca de dos años ya y vivían en una casa de esa población.
Según las Escrituras, la Sagrada Familia, José, María y Jesús, regresaron a su casa de Nazaret, en la región de Galilea, cuando les llegó la noticia de la muerte de ese malvado rey Herodes el Grande, lo cual ocurrió en el año 4 a. C. Por lo tanto, su vuelta a Nazaret tuvo que ocurrir entre los años 4 y 6 antes de la fecha que se pensó después que había nacido Jesús.
Hay teólogos que identifican esta vuelta de Egipto a Nazaret de Jesús, con la salida del Pueblo de Israel de Egipto, el Éxodo que narran las Escrituras. Jesús es el nuevo Moisés que libera a los cautivos, a los presos. Él es el verdadero libertador del pecado que nos conduce a la tierra prometida, la Jerusalén del cielo.
La forma de vivir Jesús durante su infancia
Jesús con sus padres vivió en Nazaret de una forma humilde y anónima durante 30 años antes de comenzar su predicación por todo Israel. Aunque Jesús era el Mesías esperado por el Pueblo de Israel, recuerda que tan sólo unos pocos se enteraron de su nacimiento, y además fue en Judea, una región muy alejada de Galilea, por lo que en Nazaret Jesús creció como un niño más perteneciente al pueblo hebreo, ellos eran judíos. Como vemos su nacimiento y su vida posterior están siempre marcados por la humildad sin sobresalir por encima de los demás, tal y como se nos invita a nosotros a vivir cada día.
Tras el nacimiento de Jesús tenemos referencias en la Biblia de una persona que lo reconoció y formuló sobre él y su Madre María, una profecía. Se trata del momento en que José y María, cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús al templo, como era costumbre entre los judíos, para presentarle al Señor, es decir, para ser consagrado al Señor. El Evangelio de S. Lucas habla de que allí había un hombre llamado Simeón, que esperaba con ansias ver al Mesías, pues el Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin verlo. También estaba con él la profetisa Ana, que tenía 84 años. Al ver a Jesús en brazos de su madre, se acercaron, Simeón lo tomó en brazos y bendiciendo a Dios pronunció unas palabras que aún resuenan en la Iglesia cada noche en la oración de Completas antes de dormir:
«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
Simeón les bendijo y dijo a María, su madre:
«Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción – ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! – a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»
Estas palabras son una profecía, es un anticipo de lo que le ocurriría, de su muerte para la salvación nuestra y del dolor tan profundo que tendría que padecer su madre en esos momentos de la pasión y muerte de su hijo.
Éstas y muchas otras palabras y situaciones futuras que no comprendería, las guardaba María en su corazón, y el Espíritu Santo, en su momento, le haría comprender su significado. San José y María son nuestro modelo porque acogen el Misterio de Jesús que no siempre comprendían, como nos puede ocurrir a nosotros en nuestra vida con acontecimientos, y ellos con fe, lo aceptaban. Es una invitación a entrar humildemente en la voluntad de Dios con fe y esperanza.
San Lucas nos indica que el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él. El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que Jesús era sumiso a María y a José, es decir, que era obediente. Esto nos indica también la obediencia de Jesús a su Padre Dios. Nos muestra la importancia de la obediencia a la voluntad de Dios, y por supuesto, la obediencia a nuestros mayores que nos cuidan y educan.
También conocemos que San José era carpintero, labor que enseñó a su hijo Jesús y que desempeñaron juntos.
Último acontecimiento de la infancia de Jesús que se conoce en la Biblia
San Lucas nos indica también que Jesús creció en “sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres”. Esto último puede explicar el único acontecimiento que aparece en las Escrituras (Lc.2,46-47) sobre la infancia de Jesús antes de su bautismo tras la presentación del Templo. Cuando Jesús tenía 12 años, como cada año por la fiesta de la Pascua, fue a Jerusalén con sus padres como era costumbre judía. Allí celebraron esta fiesta, y al regresar con el resto de familiares a Nazaret, sus padres se dieron cuenta que Jesús no estaba. Las Escrituras dicen:
Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles. Todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.
Jesús a los 12 años se mueve movido por su naturaleza divina hacia el templo donde habla con los sumos sacerdotes sobre las cosas de su Padre como les dice a sus padres cuando le encuentran allí.
Este relato nos muestra cómo Jesús era ya consciente de que tenía una misión especial por ser el Hijo de Dios y Dios mismo. Es el misterio a su entrega total a la voluntad de Dios su Padre por encima de la unión humana que suponía ser hijo de José Y María.
Algunos hablan sobre los milagros de Jesús durante su infancia como muestran los relatos de los llamados evangelios apócrifos escritos muchos años después. Los católicos principalmente damos veracidad a las Sagradas Escrituras, la Biblia católica, que muestran los milagros de Jesús en el contexto unido a su misión, al comienzo y desarrollo de su predicación que culmina con la muerte y resurrección, no durante su infancia, la cual, como hemos visto, tiene un significado importante para todos nosotros.
Espero que la infancia de Jesús y la Sagrada Familia sea un modelo para ti y tu familia, haciendo que cada día pueda reinar su amor en vuestros corazones.
Un saludo, la Paz y hasta muy pronto:
Alicia Beatriz Montes Ferrer
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