La Biblia y sus relatos

Donde fue la predicación de Jesús. Elección Apóstoles y significado

En este capítulo vamos a aprender dónde estuvo viviendo Jesús de adulto y los lugares principales de su predicación. Comprobaremos cómo se cumple una profecía sobre Jesús en esa tierra. Por último, descubriremos el lugar escogido por Jesús para la elección de los 12 apóstoles y el profundo significado que tiene todo esto en nuestra vida.

¡Comenzamos!

A Jesús intentaron matarle al comienzo de su predicación

¿Alguna vez te ha pasado qué alguien se ha reído de ti, ha discutido contigo o te ha rechazado por ir a misa, rezar, hablarle de Jesús o por creer en Dios? Eso mismo le ocurrió a Jesús.

Cuando comenzó su misión de predicar y hacer milagros, tras su bautismo en el río Jordán, se fue al desierto donde ocurrió el episodio de las tentaciones. Tras esa gran prueba, volvió a Nazaret, porque el Espíritu Santo así se lo hizo saber, donde había crecido con su familia.

El evangelio de S. Lucas nos relata lo que se llama el comienzo del ministerio de Jesús en Galilea, es decir, de su predicación. En Nazaret iba a la sinagoga, el lugar de oración de los judíos, para predicar. Se fue convirtiendo en un gran maestro que muchos admiraban y respetaban.

Pero eso solo ocurrió al principio, porque después, comenzaron a rechazar lo que les decía porque no lo entendían.

Fue a partir de una ocasión en la que, en la sinagoga, leyó delante de todos, un texto del profeta Isaías, del que te hablé que muchos siglos antes, profetizó que nacería Jesús. En este escrito se leía algo que se había cumplido en la propia persona de Jesús. Las palabras que pronunció eran estas:

“El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva. Me ha enviado a proclamar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”

Después afirmó:

«esa Escritura que acabáis de oír, se ha cumplido hoy

Afirmar esto en público era de valientes, porque les estaba diciendo que él era el Mesías esperado, es decir, el Hijo de Dios.

Tras esto, S. Lucas relata que todos los presentes se llenaron de ira, llevaron a Jesús fuera de Nazaret a un precipicio donde querían lanzarlo al vacío, pero Jesús pudo escapar y se marchó a predicar a otra ciudad.

Enseñanza de este hecho.

Recuerda que por la gracia del bautismo estamos unidos al Espíritu de Jesús. Ser cristiano es seguir los pasos de él, y al igual que a Jesús le ocurrió, a nosotros nos van a rechazar porque no entienden para qué sirve rezar o ir a misa o porque no conocen el amor de Dios en sus vidas. Pero eso no nos debe de desanimar.

Jesús fue movido por el Espíritu Santo a Nazaret donde le rechazaron, pero él cumplió su misión de predicar, aunque se arriesgaba a que lo mataran, fue obediente a la voluntad de Dios, su Padre.

¿Qué nos pide el Espíritu Santo a nosotros?

A nosotros también nos empuja el Espíritu Santo a anunciar a Jesús resucitado a nuestro alrededor, y aunque en ocasiones nos rechacen o tengamos dificultades, no debemos nunca de olvidar que Jesús siempre está a nuestro lado, dándonos las fuerzas que necesitamos para cumplir nuestro compromiso como bautizados.

Las palabras que pronunció Jesús en la sinagoga también nos las dice a cada uno de nosotros. Jesús, como vimos en otro capítulo, fue ungido en las aguas del río Jordán con el Espíritu Santo para comenzar su misión. Nosotros también en nuestro bautismo. Las Escrituras dicen que anunció a los pobres la Buena Nueva. Esos pobres son todos los que tienen el corazón roto, que podemos ser tú y yo en muchas ocasiones cuando estamos sufriendo o preocupados por causa del pecado o por cosas que nos ocurren, o pueden ser personas con las que nos encontremos.

Recuerda que Jesús es comparado como el nuevo Moisés que nos libera del pecado, por eso el texto habla de la liberación a los cautivos y oprimidos. Hoy en día muchas personas no creen en que existan los pecados, sin embargo, ¿de dónde viene el mal del mundo? Dios creó el mundo bueno, pero entró el mal del pecado, por eso vino Jesús a liberarnos.

Este es el mensaje que podemos nosotros llevar a todos los que lo necesiten, para que conozcan y amen a Dios y puedan ellos también algún día disfrutar de la Vida Eterna para siempre en el cielo.

Ahora, veamos dónde vivió Jesús y algunos aspectos interesantes de su predicación.

Pero antes, te invito a comentar si te ha surgido alguna duda o quieres comentar algo.

El ministerio de Jesús, tras tener que huir de Nazaret, comenzó en Cafarnaún, una región en la orilla noroeste del lago de Galilea. Una vez más, en la elección de esta ciudad hay una enseñanza, como ocurrió en Belén, en el lugar donde nació Jesús.

El evangelio de S. Mateo nos narra que, tras enterarse Jesús que habían arrestado a su primo San Juán, se fue a vivir a Cafarnaún, probablemente a la casa del Apóstol San Pedro, que estaba junto al mar y cuyos restos arqueológicos aún se pueden visitar debajo de la basílica que se construyó allí; o quizás vivió en la casa del apóstol San Andrés.

Allí comenzó a predicar proclamando

“convertíos porque está cerca el Reino de los Cielos”.

La casa de San Pedro se convirtió en el centro del lugar de su actividad misionera.

Cumplimiento de una profecía en Jesús durante su predicación

Esa ciudad estaba en el territorio de Zabulón y Neftalí, cuyos habitantes tenían mucho sufrimiento y estaban humillados porque habían sido invadidos por los Sirios siglos antes y vivían en el exilio, fuera de su tierra, rodeados de paganos. El profeta Isaías ya avisó que allí llegaría el Mesías, o sea, Jesús, a rescatarles de esas tinieblas que les suponía ese exilio. El profeta expresó estas palabras:

“Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles… el pueblo que habita en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte una luz brilló”. (Mt4, 12-17)

Nazaret, de donde procedía Jesús, pertenecía a Zabulón, y Cafarnaún, hacia donde fue para vivir, era una ciudad de Neftalí. Por lo tanto, esa profecía de Isaías se cumple en Jesús. En esas tierras fue donde apareció Jesús, la luz que nos ilumina nuestra vida, la paz que infunde en nuestros corazones, y la salvación para nuestras almas.

¿Por qué eligió Jesús Cafarnaún para vivir?

Cafarnaún no era la capital de Galilea, ni tampoco una ciudad grande. Tampoco a Jesús le interesaba esto, pues comenzó llamando a un grupo reducido de personas, no a grandes masas. Era un lugar de personas humilladas, rechazadas y despreciadas, donde también vivían algunos alejados de Dios. Al igual que los habitantes de esa ciudad, Jesús también vivió allí como un exiliado, pues fue echado de Nazaret.

La expresión de la profecía de Isaías que dice “camino del mar” también tiene un sentido.

Ese camino tiene el mismo significado que el que vimos en otro capítulo cuando te conté que Jesús se puso en camino desde Nazaret para ser bautizado por San Juán en el río Jordán. Pero además indica lo que sería la vida de Jesús: él es un itinerante, un predicador que está siempre en camino de un lugar a otro, aunque su casa estuviera en Cafarnaún.  Jesús es el peregrino que nos indica el camino hacia el cielo, es un viandante celestial. Por esto, en una ocasión, nos relata san Mateo (Mt8,20) que dice:

“las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”.

En ese camino al lado del mar es donde llama a sus elegidos.

Enseñanza de la elección de los primeros Apóstoles

Cafarnaún será el lugar donde tuvo lugar la elección de los 12 apóstoles y no por casualidad, pues esta elección simboliza la reunión de todo Israel que estaba dispersado por muchos territorios cuando fueron echados de Jerusalén al exilio. Nos hace recordar las 12 tribus que conformaron el original Pueblo de Israel, formadas por los 12 hijos de Jacob, el nieto de Abraham.

Pedro y Andrés tenían en Cafarnaún una empresa de pescado, eran pescadores, al igual que Santiago, llamado el de Zebedeo, y su hermano Juán. Cuando los llamó a acompañarle dejaron todo y se fueron con Jesús. Les dijo:

“venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres”.

Esta es la llamada que nos hace a cada uno de nosotros también en nuestras vidas, para seguirlo, dejando nuestra vida pasada esclava del pecado, nuestras vidas en las que quizás, tenemos a Dios de lado y estamos encerrados en nuestros egoísmos o nuestras cosas, sin tener en cuenta a los demás.

El pescador de hombres, Jesús, nos dice que le sigamos para ser lo que él es, pescadores de hombres. Los apóstoles estaban en sus cosas diarias, en sus asuntos, pero lo siguieron dejándolo todo para ponerse en camino, en misión, con él.

Espero que estas palabras te hayan servido para tu vida, si es así, compártelas con otros para que también puedan aprender estas enseñanzas de la Biblia. Dale un like y nos vemos en el próximo capítulo.

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Un saludo, la paz y hasta muy pronto:

Alicia Beatriz Montes Ferrer

 

 

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