Alta Vendita el plan de la masonería para destruir la Iglesia
Como bien sabemos los cristianos, el empeño de destruir la Iglesia católica es algo que lleva sucediendo hace más de dos mil años, cuando fue fundada por Cristo. De hecho, Él mismo nos lo avisó, la persecución hacia los cristianos era, es y será un hecho palpable en este peregrinar hacia la Vida Eterna. Hoy analizaremos el documento de la Alta Vendita, un auténtico plan de la masonería para destruir la Iglesia Católica.
La masonería: la secta más peligrosa contra la Iglesia
No es motivo de este escrito el hablar de las muchas sectas que desde el s. I se introdujeron en el seno de la Iglesia para desmantelar su doctrina y vaciarla de la Verdad desde dentro. Pero sí que no podemos pasar por alto, una de las sectas secretas que mayor daño está haciendo desde hace siglos y que actualmente, aunque pase aún desapercibida, está bastante presente: La masonería. La cual se adhiere a todo aquel que tiene grandes ambiciones de poder global.
De hecho, cuando apenas hace unos años hablar de ella era casi de conspiranoicos, palabra hoy en día muy en auge, con el transcurrir del tiempo, se han ido destapando muchos datos de ella e incluso, sus propios miembros, tienen cada vez menos reparos en darse a conocer. La sociedad va asumiendo su existencia e incluso, normalizando.
La infiltración de la masonería entre los cristianos
Pero lo que más me preocupa y creo que debería de ser así a, por lo menos, los que nos arrodillamos humildemente ante el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, es la infiltración de la masonería dentro de sectores cristianos.
Algunos fieles, incluso de misa y rosario asiduo, han ido cayendo en algunas de las muchas garras que esta secta lanza, atrapando en sus mentiras a los más vulnerables y despistados. Pues una de sus peculiaridades es que se disfraza con un lenguaje muy familiar para los cristianos, pero cuyo contenido no tiene en absoluto nada que ver con la Verdad de la revelación divina.
La corriente ideológica New Age, por ejemplo, está calando fuertemente, impregnando hasta a la propia Iglesia. Es una metástasis del gnosticismo, una herejía del s. I, de la que Monseñor José Ignacio advierte que
“No es un error que se quede en el siglo I; lo tenemos, y con fuerza, en el siglo XXI”.
Pero hay que destacar que la New Age procede de otra secta aún más peligrosa: la masonería, cuyos objetivos de lograr una única religión mundial desterrando la cristiandad, coinciden plenamente.
El empeño de la masonería de destruir la Iglesia católica viene de lejos.
Y esto es algo que se tendría que estar pregonando por todos los rincones, en los púlpitos de las Iglesias, en los grupos de cristianos, en documentos y en los medios de comunicación que aún pueden informar sobre noticias cristianas sin censuras.
El problema no es tanto que la Iglesia católica haya descuidado o ignorado esta realidad, pues como veremos a continuación, sí se ha posicionado en contra denunciando las artimañas anticatólicas masónicas. Más bien, personalmente considero, que dichos documentos elaborados no han llegado a la población creyente de a pie.
Aquí, querido lector, creo que es donde está uno de los errores que han llevado a que esta realidad sea ignorada tanto desde las comunidades de religiosos, incluyendo a los novicios. Sin olvidar a todos aquellos, que de una forma u otra, tenemos cierta responsabilidad, y misión, de proclamar el Evangelio, pero denunciando todo aquello que atenta contra éste.
Alta Vendita: una logia de la masonería con mucho poder contra la Iglesia.
Las sociedades secretas vinculadas a la masonería estuvieron muy presentes en Europa y se expandieron hacia países de Hispanoamérica especialmente desde el siglo XIX. Por ejemplo, Alta Vendita era la logia más importante de los Carbonarios, sociedad secreta italiana relacionada con la masonería, muy activa, también en Francia, desde el siglo XX. Surgió como un movimiento político que sostuvo muchos de los principios proclamados durante la Revolución Francesa. Los cuales, de sobra sabemos, fueron el inicio de la gran campaña contra el catolicismo y la introducción del laicismo relativista ateo como nuevos dogma globales.
Denuncias de la Iglesia a la masonería
Pues bien, ambas, Alta Vendita y los Carbonarios, fueron condenadas por la Iglesia Católica. El 15 de agosto de 1814 se lanzó un decreto prohibiendo a los cristianos hacerse miembros de estas sectas secretas. Sus promotores fueron los cardenales Consalvi y Pacca. El 13 de septiembre de 1821, fue el Papa Pío VII, el que pronunció una condena general. Y en 1829 se publica la Encíclica Traditi humilitati nostrae, en la que el Papa Pío XIII, afirmó sobre la francmasonería que “es una secta satánica, que tiene a su demonio como su dios”.
Pero, como era de esperar, la ideología masónica con su plan anticatólico no iba a desvanecerse.
Alta Vendita sacó a la luz un documento demoledor en el que se desglosaba el plan masónico para destruir la Iglesia católica: “Instrucciones permanentes”.
Fue publicado por primera vez en 1859 por el historiador francès Jacques Crétineau-Joly en su libro L’Eglise Romaine en face de la Révolution. Uno de los muchos textos que contiene, muestra las verdaderas intenciones de destruir la Iglesia católica como apreciará el lector en este escrito:
“No pretendemos ganar a los Papas para nuestra causa, hacerlos neófitos de nuestros principios, propagadores de nuestras ideas. Sería un sueño ridículo; y si los hechos resultan de alguna manera, si Cardenales o prelados, por ejemplo, por su propia voluntad o por sorpresa, entraran en una parte de nuestros secretos, esto no es en absoluto un incentivo para desear su elevación a la Sede de Peter. Esa elevación nos arruinaría. La ambición sola los habría llevado a la apostasía, las exigencias del poder los obligarían a sacrificarnos. Lo que debemos pedir, lo que debemos buscar y esperar, como los judíos esperan al Mesías, es un Papa según nuestras necesidades”.
Unos años más tarde llegó a manos del Papa Gregorio XVI el documento de la Alta Vendita y el Papa Pío IX pidió que fuese publicada, lo cual se llevó a cabo por el Cardenal Crétineau-Joly en su libro The Roman Church and Revolution (La Iglesia Romana y Revolución). Los textos íntegros están a disposición en varios libros que salieron a la luz en el s. XX.
¿El Papa pertenece a la masonería?
Actualmente se oyen cada vez más veces que, sin tener un verdadero conocimiento, sino más bien partiendo de lo que les llega por los medios de comunicación, redes sociales u oídas de otros, proclaman abiertamente y sin tapujos, que el Papa es masón. Supongo que lo afirman tan tajantemente porque no conocen las verdaderas intenciones de la masonería.
La masonería en España cobra cada vez más fuerza.
En España, pese a que se opuso resistencia a la entrada de la masonería durante los años del Gobierno de Franco, se fue introduciendo en diversas instituciones, como puede ser la Institución Libre de Enseñanza, cuyo proyecto comenzó a infiltrar la ideología masónica en la educación desde finales del s. XIX. Por cierto, patrocinada por Rockefeller, un conocido globalista masón.
Tampoco olvidamos los católicos la persecución encarnizada que se llevó a cabo a católicos, especialmente a religiosos, durante la Guerra Civil Española. Acción que partía de los fieles devotos masónicos que ordenaban las ejecuciones.
Sin embargo, fue especialmente con la llegada de Rodríguez Zapatero, expresidente del gobierno a principios de este siglo, cuando comenzó a expandirse con mayor facilidad. No ha de extrañarnos ya que éste era nieto de un militar masón y al que se le atribuye también la pertenencia a esta secta. De hecho, la poca simpatía por la religión católica que mostró este gobierno se comenzó a palpar enseguida.
Y actualmente, se puede decir, que esta secta está introducida en prácticamente todas las esferas de nuestra sociedad.
Pero esto, lo dejaremos para otra ocasión. Mientras tanto:
Un saludo, la Paz y hasta muy pronto:
ALICIA BEATRIZ MONTES FERRER