Dicen que el origen de la celebración de un día en concreto para todos los santos se remonta al siglo primero de la cristiandad, cuando comenzó masivamente a haber persecución hacia los cristianos.
Día 1 de Noviembre fijado como día de todos los Santos
En concreto el día 1 de Noviembre se decidió como la fiesta en honor a todos los santos, cuando el Papa Gregorio III (731-741) consagra una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fija su aniversario en el día 1 de noviembre. Más tarde, Gregorio IV extiende la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX.
Así que, desde entonces, el 1 de Noviembre, es el día de todos los santos.
Todos los días podemos acordarnos de ellos, pedir para que intercedan por nosotros, pero en especial ese día lo hacemos por todos, incluidos aquellos de los que no existe un día concreto de celebración. Ellos son nuestro mejor ejemplo de vidas marcadas por dificultades, con alegrías y penas como las nuestras, pero han logrado alcanzar la santidad a la que todos estamos llamados. Los santos están vivos, pero gozan de la presencia de Dios cercana en el cielo.
¿No sería estupendo poder estar algún día también nosotros con ellos en la vida eterna? Para ello hemos de esforzarnos en llevar una vida verdaderamente como hijos de Dios. Y celebrando la fiesta de Halloweens precisamente, no es un buen camino.
2 de Noviembre: día de todos los difuntos
El día de todos los difuntos no es el día de todos los santos. Aún hay muchas personas que los confunden. Incluso en algunos países a estos días, el 1 y 2 de Noviembre, se le llama el día de los muertos.
El 1 de Noviembre, el día después de Halloweens, como ya hemos visto celebramos el día de aquellas personas que han muerto, pero han sido proclamadas por la Iglesia como santos.
Al día siguiente, el 2 de Noviembre, nos acordamos de un modo especial por todas aquellas personas que han fallecido. Se le llama a este día, el día de los fieles difuntos.
En el año 998, el monasterio benedictino de Cluny instaura la conmemoración de todos los hermanos difuntos el día 2 de noviembre. Esta práctica se extendió a otros monasterios y, después, a las parroquias. En el siglo XIII, Roma inscribió este día de conmemoración en el calendario de la Iglesia universal. La fecha se mantuvo, de forma que todos los difuntos, en la comunión de los santos, fuesen recordados al día siguiente: el día 2 de noviembre.
Cómo celebrar los fieles difuntos en familia
Especialmente, cada familia, lo hará con los suyos. Es un día que se tiene costumbre ir al cementerio a llevar flores a la tumba de los familiares que ya no están a nuestro lado. Ellos están esperando a que sea el día del juicio final para toda la humanidad, cuando será la resurrección definitiva. Mientras tanto, los que aún no están limpios del todo por algún pecado que le haya quedado, están limpiando su alma para poder entrar limpios al cielo. Así que nosotros, que aún permanecemos en la tierra, debemos rezar por ellos. Para que el Señor tenga misericordia, perdone los pecados que han cometido durante su vida y les permita entrar a la Gloria del Señor en el Cielo.
Feliz día de todos los santos.
Un saludo, la Paz y hasta muy pronto
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