Reflexión del relato del sacrificio de Isaac
¿Te acuerdas que Abraham y Sara tuvieron un hijo? Se llamaba Isaac que significa: sonría Dios amistosamente. O simplemente «sonrisa«.
Isaac era un chico muy obediente y ayudaba mucho a sus padres. Los cuales estaban llenos de felicidad con él.
Pues bien, cuando ya era un adolescente, Dios puso a prueba la Fe de Abraham como veremos hoy.
El relato del sacrificio de Isaac lo puedes encontrar en Gen. 21-22.
La prueba de Fe que Dios le puso a Abraham era muy difícil de cumplir. Le pidió ni más ni menos que sacrificara a su hijo Isaac.
¿Te puedes imaginar lo que suponía para él esta petición? Su único hijo, su amado hijo, debía ser sacrificado.
La relación del sacrificio de Isaac con nuestra vida.
Dios quiere de nosotros una confianza absoluta. Ya vimos en otra publicación qué significa amarle a Él por encima de todas las cosas. Cuando pasamos dificultades, dudas, miedos… y tenemos Fe en Él, podemos experimentar que para Dios no hay nada imposible. Si nos dejamos guiar por el Señor podremos observar que siempre aparece en nuestra vida, en nuestra historia. Igual que vemos que aparece en la historia de Abraham, Isaac.. y todo el Pueblo de Israel.
¿Recuerdas cuántos días estuvieron andando Abraham e Isaac hasta el monte Moria? Tres días. Y Tres son los días que transcurrieron desde la muerte hasta la resurrección de Cristo. Como decimos en el Credo: al tercer día resucitó de entre los muertos.
Fíjate en que apareció un cordero en un matorral. ¿Quién era el cordero que aparece en la Biblia? y en la Eucaristía ¿quién decimos que es el sacrificio? En este relato también aparece un sacrificio y un cordero…
Como ya te expliqué cuando hablamos sobre las partes de la Biblia, hay una relación entre el A.T. y el N.T.
En Jesucristo se cumple la palabra del sacrificio de Isaac.
Pero la diferencia es que Isaac no fue finalmente sacrificado y Cristo sí. Por amor a nosotros dió su vida y Dios lo resucitó. El único sacrificio verdadero que le gusta a Dios es este: hacer las cosas por amor aunque supongan un sacrificio.
Abraham, modelo de nuestra fe, obedeció sin entender. Su hijo Isaac, también. Abraham tenía que sacrificar a lo que más amaba por amor a Dios, cumpliendo así el primer mandamiento,
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Un saludo, la Paz y hasta muy pronto:
ALICIA BEATRIZ MONTES FERRE