Conoce el verdadero origen de las procesiones de Semana Santa.
Si buscamos el verdadero origen de las procesiones de la Semana Santa lo podemos encontrar en los primeros cristianos. Tras duros años de persecución se pone fin tras el Edicto de Milán con el Emperador Constantino que se convierte al cristianismo en el S.IV. La religión oficial será el cristianismo desde entonces por lo que los cristianos ya no tienen que esconderse para celebrar su fe.
Las primeras procesiones que celebramos en Semana Santa
En Jerusalén comenzaron a buscar los lugares santos en relación con los que aparecían en las Escrituras y a recordar los últimos días de la vida de Jesús: su Pasión, muerte y resurrección. Se sabe que en ya en el S. IV se hacía una procesión en Tierra Santa el Domingo de Ramos desde el Monte de los Olivos hasta donde fue sepultado Cristo. El Obispo personificaba la figura de Jesús sobre un borriquillo entrando en la ciudad de Jerusalén manteniendo así la memoria de esos días.
Origen de las primeras procesiones en Occidente
A Occidente va llegando esta costumbre. En España hay constancia de que se bendecían las palmas y ramos de los fieles e iban andando en procesión de una Iglesia a otra.
En Toledo se sabe que sacerdotes y fieles hacía la procesión del viernes santo con una pequeña reliquia de la madera de la Cruz donde fue crucificado Jesús. Se procesionaba con cirios encendidos desde la Santa Catedral hasta la Iglesia de la Santa Cruz y después se volvía al Templo.
Sobre todo, desde el S. XI y XII empiezan a surgir muchas esculturas de Jesús. Se hacían escenificaciones de la Pasión de Jesús como parte de las celebraciones de la Iglesia.
La importancia de las imágenes de madera de la Pasión de Jesús.
Más tarde, a partir del S. XVI comienzan a utilizarse imágenes de madera talladas para darle más realismo a lo que se intenta representar en las procesiones y que así los fieles lo pudieran vivir más intensamente y rememorar cada instante de esos días de la Pasión de Jesús. Además, como no todo el mundo sabía leer, eso les ayudaba a entender mejor lo que se celebraba.
En España cobran especial importancia las procesiones a partir del S. XV con la aparición de las primeras cofradías y hermandades en las Iglesias. La reforma de Lutero que dividió a los cristianos, supuso un impulso para que los católicos salieran a las calles a manifestar su fe.
Cada cofradía o hermandad tiene un paso o dos en la procesión que sale de su templo. Generalmente el Cristo va en primer lugar detrás de los penitentes, seguido de una banda de música. El segundo paso es el de la Virgen María, también acompañada por otra banda de música que cierra el paso, pero va precedida de las mantillas. La imagen de Nuestra Señora de la Soledad de la Victoria, es un ejemplo, que fue tallada por el escultor Gaspar Becerra en el siglo XVI.
Las mantillas son mujeres vestidas de negro con una peineta y mantilla sobre la cabeza que procesan en señal de luto. Suelen llevar un Rosario y un cirio.
El origen de los penitentes de la Semana Santa
En la Edad Media, aquellos cristianos que se estaban preparando para recibir el sacramento del perdón de los pecados el Jueves Santo, hacían largas penitencias. Eran los penitentes. Como señal de arrepentimiento por los pecados, entre otras cosas, se vestían con ropa parecida a los sacos de las patatas. Se hacía en la calle de forma pública. Actualmente los penitentes que vemos en las procesiones de Semana Santa intentan manifestar el dolor de los pecados. Los diferentes colores que tienen van a depender de la cofradía a la que pertenezcan.
Las bandas de música de las procesiones
La introducción de las bandas de música también se sitúa sobre el S. XVI XVII. Algunos instrumentos como los clarinetes y trompetas iban acompañando la imagen en la procesión. No se trata de poner música para que quede mejor, si no que es una invitación a los fieles para entrar en oración por lo que se está rememorando en cada paso. Las saetas más antiguas son del S.XVIII, acompañadas por instrumentos como el fagot, el clarinete y el oboe. Son cantadas por el saetero que invoca momentos de la Pasión de Cristo.
Así que ya sabes el origen de las procesiones de Semana Santa. No se hace por algo sentimental si no como un acto de fe que nos invita a vivir la Pasión de Jesús con su verdadero sentido y que tiene su plenitud en la Pascua de Resurrección.
Un saludo, la paz y hasta muy pronto:
Alicia Beatriz Montes Ferrer